lunes, 6 de junio de 2011

Perfume y mierda, o las palabras nos confunden.


Se abren los pactos. Yo pacto, tu pactas, el pacta... como en la vida misma, nosotros pactamos con hijos y parejas, desde las horas de volver a casa o quien hace la cena... Los partidos tras las elecciones pactan los gobiernos... Pactar no es malo. Todos lo hacemos. Donde quiera haya dos personas que acuerdan algo hay un pacto.
 El problema aparece cuando los pactos se hacen por sueldos de privilegio, reparto de poder para colocar a familiares, amigos y camaradas de carnet, embolsarse comisiones, y ejercer de chulos de borregos amaestrados y padrinos mafiosos, emboscados contra los que no les gustan... Los acuerdos o pactos se justifican con opiniones  endebles y con frecuencia con malas intenciones, porque lo primero que hay que preguntarse es ¿para que pactan?. La ciudadanía debe saber que piensan hacer, a que se comprometen... Pero salvo el viejo Anguita y su numantina defensa del Programa, Programa, a nadie parece importarle que están pactando .
Las palabras nos confunden. ¿Pactaría usted para rebajar las pensiones, o subir la edad de jubilación?. ¿Qué les den a los bancos miles de millones de euros?. No. Bien. Quizás, si le ofrecen a cambio una ley de la igualdad entre hombres y mujeres, o el cierre de una central nuclear, tal vez una ley de muerte digna... ¿Pactaría?... ¿confuso?, ¿está poniendo las cosas en la balanza de sus ideas?... ¿cuanto valen sus ideas?, ¿y su integridad?... 
Sin un Programa público y claro, todo pacto es una chapuza antidemocrática, un reparto de sillones, una burla a la ciudadanía.

A los más interesados en pactos, gente acostumbrada al poder y que no se ven los bolsillos fuera de el, se les ve el plumero. "La izquierda tiene que unirse", dicen después de las elecciones, nunca antes. Antes de las elecciones llaman a los demás "locos", "irrealistas", "irresponsables", y demás lindezas, después de las elecciones, y solo si lo necesitan para pillar sillones, llaman a la unidad... Con el dinero de la última comisión inmobiliaria aún caliente en el bolsillo, o con los labios babeantes de  la última prevaricación dando contratos ilegales a empresas "amigas" o al ahijado de algún "camarada" de toda la vida, o beneficiados de cualquier ERE pagado por los ciudadanos a escote, gritan ¡Compañeros, unidad! ¡Qué no gane la derecha!, mientras ocultan los cuantiosos créditos, que no tendrán que pagar, para la  campaña electoral y demás enjuagues, de inmobiliarios, banqueros y otros adinerados interesados.
Izquierda, Derecha... palabras, palabras... ¿Acaso la mierda olería mejor si se llamase perfume?, ¿Acaso un lobo se volvería vegetariano si se llamase cordero?, ¿Acaso el PSOE  es de izquierdas por su nombre?. 


Se está abriendo una nueva puerta de la Historia. Solo los Principios y los acciones pueden calificar a los grupos.
Principios como: Hay algo que está antes que ser de derecha o de izquierda y es ser honestos. ¿Qué prefieres que te gobierne, un alcalde de "derechas" honesto, o un corrupto y autoritario mafioso de "izquierdas".?
Principio: Los ciudadanos son iguales ante la Ley. ¿Aceptas que los políticos tengan la enorme cantidad de privilegios que tienen con nuestro dinero?

Acciones: ¿Dineros para los especuladores? y recortes para las pensiones y salarios. ¿Eso es de izquierda o de derecha?

Necesitamos una Democracia Real Ya. Todo se está abriendo. Pidamos lo imposible.